A menudo recibimos muchas consultas sobre cómo cocinar nuestras hamburguesas de forma óptima. En el entorno profesional de hostelería esto requiere asegurarse de que en los "picos" de trabajo de la cocina, donde las condiciones están lejos de ese óptimo, se pueda asegurar el flujo de trabajo y lograr un producto consistente.
Para ellos hemos querido que uno de nuestros chefs colaboradores nos lo cuente en primera persona.
Para todos los que apreciáis la buena carne, pero sobre todo quienes estáis tan enfermos por las Burgers como yo, me presentaré: soy Chef Toni.
"He pasado más tiempo delante de una plancha con una espátula en la mano que la mayoría de la gente durmiendo. He preparado hamburguesas en cocinas de cinco estrellas y en bares de carretera, sobre fuegos de leña y planchas al rojo vivo. Si hay algo que conozco, es la carne picada.
Me han pedido que os explique algunas de las cosas que he aprendido a lo largo de estos años. Nadie quiere ser el responsable de esas hamburguesas tristes, grises y secas como un disco de hockey que a veces encuentras por ahí. Quieres estar detrás de esa hamburguesa jugosa, con una costra perfecta y una explosión de sabor que te hace cerrar los ojos a ti y a tus clientes. Estas en el lugar correcto. Vamos a desglosar la ciencia y el alma de una hamburguesa perfecta. Sin rodeos, solo la verdad."
Vamos al lío.
Este es el paso más importante. No puedes construir una buena casa sobre cimientos débiles, y no puedes hacer una hamburguesa espectacular con mala carne.
Antes de hablar de proporciones, hablemos de razas. El animal del que proviene tu carne marca una diferencia abismal en el sabor y la textura final. Todos sabemos que el mercado ha dado un giro hacia la carne de vaca y el uso de ternera es mucho menor que tiempo atrás. Citaré solo “algunas” de las razas de moda en el mundo de la Burger.
Mi consejo: Habla con tu carnicero o con tu proveedor de carne. Dile qué buscas y te guiará hacia el mejor picado para tu gusto y presupuesto.
Sabemos que cada negocio de hostelería tiene sus propias necesidades y visión. Por eso, ofrecemos algo que va más allá de una gama de burgers estándar: nuestro Taller de Burgers.
En nuestro taller, ponemos a su disposición nuestro equipo de especialistas, experiencia e infraestructura para desarrollar hamburguesas a medida, adaptadas completamente a sus requerimientos. Contacta con nosotros.
Si solo te vas a quedar con una cosa, que sea esta: 80/20. Eso significa 80% de carne magra y 20% de grasa.
¿Por qué? La grasa es sinónimo de sabor y jugosidad. Al cocinar la hamburguesa, esa grasa se derrite, bañando la carne desde dentro y manteniéndola tierna.
De todas formas, centrarse solo en el porcentaje de grasa es un error y tan importante como ese número es de dónde procede esa grasa, cómo se mezcla y cómo se pica. El punto de fusión de la grasa y su grosor en el “Patty” resultante es muy importante a la hora de conseguir unos resultados concretos y marca el tipo de trato a usar durante la cocción.
Cuando selecciones un proveedor para tu carne, asegúrate de elegir el formato que más te convenga en función del resultado que quieres obtener y el tipo de cocina que tienes, averigua cómo es el proceso de picado (más grueso, más fino) y cómo se ha realizado para asegurarte que se ha puesto el mismo mimo que si lo hubieses hecho personalmente.
Aquí es donde falla la mayoría. Tienes que controlar dos temperaturas: la de la carne y la de la cocción.
Puede sonar raro, pero la carne debe ir a la parrilla o a la plancha fría, directa de la nevera. Una pieza fría permite que el exterior desarrolle una costra oscura y fantástica (la reacción de Maillard) antes de que el interior se cocine en exceso. La grasa se funde más despacio, manteniendo la hamburguesa más jugosa.
Necesitas calor alto y directo para lograr la reacción de Maillard. Esa es la costra dorada y crujiente que se forma cuando las proteínas y azúcares de la carne se exponen a altas temperaturas.
Estamos en 2025 y la alta tecnología ya no es un lujo al alcance de las cocinas más grandes, un termómetro láser o de infrarrojos es un accesorio accesible que te dará un valor exacto de la temperatura de tu “fuente de calor”.
No es una sugerencia. Un pan tostado aporta contraste de textura y crea una barrera que evita que se empape con los jugos. Úntalo con mantequilla o mayonesa y tuéstalo en la parrilla o plancha durante el último minuto.
Deja que la hamburguesa repose 3-5 minutos fuera del fuego antes de servirla. Esto permite que los jugos se redistribuyan por toda la carne. Si la cortas de inmediato, todo el sabor se quedará en el plato.
Ahí lo tienes. El manual definitivo para una hamburguesa que te convertirá en una leyenda. Grasa, grosor, temperatura y técnica.
Domina estos conceptos y nunca volverás a mirar atrás. Ahora, ve a la cocina y prepara algo de lo que sentirte orgulloso.